La biotecnología blanca es aquella aplicada a la industria y procesos
industriales, es decir, la aplicación de las herramientas de la naturaleza a la
industria. Esta categoría es muy amplia y engloba muchos sectores industriales,
incluyendo el sector químico, alimentos, medioambiente, energía, etc. Incluye
también a la biotecnología ambiental: aplicación de la biotecnología en la
conservación del medio ambiente.
Este tipo de actividad está buscando reemplazar a las tecnologías
contaminantes por otras más limpias o amigables con el ambiente. Básicamente,
emplea organismos vivos y enzimas para obtener productos más fáciles de
degradar, y que requieran menos energía y generen menos desechos durante su
producción.

El uso de enzimas o biocatalizadores es uno de los avances más
significativos en el área de la biotecnología blanca. Las ventajas de su uso
residen en la alta selectividad y eficiencia de las enzimas en comparación con
los procesos químicos. Mientras los procesos químicos convencionales requieren
alta presión y alta temperatura, los microorganismos y sus enzimas trabajan a
presión y temperaturas normales. Además, las enzimas son biodegradables y
muchas de ellas pueden funcionar en solventes orgánicos, alta concentración de
sales y otras condiciones extremas. Las enzimas hoy se aplican a prácticamente
todas las industrias, incluyendo la farmacéutica, alimenticia, química, textil,
de detergentes, del papel, etc.
En este sentido, la biotecnología blanca puede ayudar en diferentes
áreas:
Nuevas fuentes de energía y nuevas tecnologías: Producción de
tecnologías limpias o verdes como pueden ser procesos de biotransformación o
biomateriales que generen residuos biodegradables reduciendo los efectos
tóxicos sobre el medioambiente (bioplásticos, nuevos tejidos, materiales para
la construcción como tela de araña, etc). Nuevas fuentes de energía como son
los biocombustibles obtenidos a partir de recursos renovables y menos
contaminantes que los combustibles fósiles empleados en la actualidad
(bioetanol y el biodiésel, o la biomasa). La sustitución de éstos por
biocarburantes supone una disminución de las emisiones gaseosas contaminantes.
Además, por ser biodegradables, disminuye el nivel del impacto ambiental de
vertidos accidentales. Uno de los beneficios más importantes de los
biocombustibles es su contribución prácticamente nula al aumento de gases con
efecto invernadero en la atmósfera.
Química y Nanobiotecnología: Los avances en los conocimientos
biotecnológicos está permitiendo realizar transformaciones químicas de una
forma más eficiente y efectiva, utilizando enzimas o células enteras diseñadas
para optimizar transformaciones conocidas y otras aún por conocer, que da lugar
a productos de química básica (como el hidrógeno), biomateriales (como el
propanodiol) y de química fina o bioquímicos (como las vitaminas). Así mismo, y
gracias al desarrollo de la nanotecnología, se está empezando a controlar y
utilizar las moléculas provenientes de los seres vivos como base para producir
nuevos productos y servicios (como nuevos secuenciadores de ácidos nucleicos y
proteínas, células artificiales, biosensores…).
Factorías celulares y bioprocesos: Utilizando las células como
factorías y el estudio de los diferentes bioprocesos, se están produciendo todo
tipo de productos de una forma más eficiente o novedosa. Como nuevas enzimas
para detergentes, degradación o conservación de materiales, vitaminas,
proteínas recombinantes aplicados a la salud o a la alimentación
Limpieza de contaminantes: Utilizando plantas y microorganismos se
consiguen descontaminar aguas (lodos activos y digestiones anaerobias), suelos
(fitorremediación) y la atmósfera (biofiltros).
Mejora de los procesos industriales: Gracias a la eficiencia de los
procesos biológicos, la biotecnología ambiental logra optimizar procesos
industriales tradicionales, o el desarrollo y en la generación de otros nuevos
(por ejemplo el uso de la bacteria Thiobacillus ferooxidans en los procesos de
extracción del cobre y oro).
Conservación de la biodiversidad: Proporcionando herramientas muy
valiosas en cuanto a identificación, clasificación y preservación de la
biodiversidad. Descubrimiento y caracterización de nuevas especies,
especialmente de microorganismos y hongos; desarrollar y optimizar métodos para
el marcaje y el monitoreo de ejemplares; conservación de la biodiversidad,
especialmente en lo que se refiere a diagnósticos veterinarios y forenses
aplicados a fauna silvestre; análisis de las ventajas y los riesgos para el medio
ambiente de los organismos genéticamente modificados (OGM); utilización
respetuosa y sustentable de la biodiversidad.
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