La secuenciación del Genoma Humano ha marcado un antes y un después en la historia de la medicina al permitir el estudio de las bases genéticas de las enfermedades. De hecho, la investigación genómica y proteómica, la ingeniería genética y sus aplicaciones han permitido el desarrollo de nuevas herramientas que están revolucionando la prevención, diagnóstico, tratamiento y curación de enfermedades.Comprende las aplicaciones terapéuticas, diagnósticas, de salud animal y de investigación biomédica.En referencia a lo anterior, cabe mencionar las siguientes áreas de aplicación:
Diagnóstico
molecular y biosensores: Se basa en la detección de marcadores moleculares,
sensibles y específicos, presentes en los seres vivos que sean indicadores de
alguna característica del estado fisiológico del cuerpo (patologías y
enfermedades, estados de estrés celular…). Esto permite un diagnóstico precoz,
comprobar el estado de la enfermedad e incluso la elección del mejor
tratamiento. Entre los marcadores presentes se encuentran marcadores genéticos
(variedades genéticas que predisponen a ciertas enfermedades, como el cáncer),
proteínicos (enzimas que silencian genes o están defectuosos…) o moleculares
(productos secundarios del metabolismo…). Para esto se utilizan microarrays (arrays
o biochips), tanto de genes como de proteínas, técnicas hinmunohistoquímicas…
De esta forma se implanta la llamada “medicina personalizada”, donde se
administra la droga adecuada, con la concentración y lugar precisos, gracias al
estudio genético, proteínico e histológico del paciente.
Ingeniería celular
y de tejidos: Se basa en la producción de células y tejidos que sustituyan a
aquellos que están degradados, se han extirpado o han perdido su función, por
lo que se considera también medicina regenerativa. Para ello utilizan el
conocimiento de la Ingeniería, cultivos celulares, células madre…
Proteínas
recombinantes y anticuerpos monoclonales: Se basa en la utilización de las
células como herramientas para producir fármacos de forma barata y eficiente.
En base a estas tecnologías se han podido descubrir y producir multitud de
sustancias con capacidad terapéutica
Terapia génica: Se
basa en la modificación del material genéticos de las células (sólo en la línea
somática y no la germinal, totalmente prohibida en la legislación), para
aumentar, sustituir, disminuir o silenciar la expresión de ciertos genes y sus
respectivas proteínas resultantes, en pos de curar alguna enfermedad o
característica fisiológica no deseada.
Nuevas dianas
terapéuticas, nuevos fármacos y nuevas vacunas: De la mano de otras áreas de la
biotecnología se han podido descubrir nuevos fármacos (a partir de librerías
naturales del mundo marino, de plantas o animales) que tienen capacidad
terapéutica en dianas de enfermedades ya conocidos o nuevos (receptores de
membrana, enzimas o los propios genes). De la misma forma, se están
descubriendo nuevas vacunas más eficaces para todo tipo de enfermedades, como
las llamadas vacunas recombinantes, que utilizan sólo las partes que confieren
inmunidad al cuerpo sin tener que utilizar el patógeno en su totalidad.
Nuevos sistemas de
administración de fármacos y vacunas: Gracias a la implantación de la
nanotecnología y al avance de la química, disponemos de nuevas y prometedoras
formas de administrar fármacos y vacunas. Por ejemplo, la administración
controlada de fármacos, que sólo se liberan ante unas circunstancias muy
determinadas, a la concentración adecuada y sólo en la zona afectada.
Genética de
poblaciones y farmacogenética: Consiste en el estudio de la distribución y
evolución de la variabilidad genética entre los individuos de una o varias
poblaciones, lo que hace que respondan, junto con las variables ambientales, de
forma diferente a las enfermedades y a las distintas terapias. De esta forma se
puede obtener valiosa información sobre las distintas variables genéticas y su
relación con las enfermedades y con la respuesta a sus distintas terapias (para
así conseguir una “medicina personalizada”).
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